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Autores: Bacci Pier Antonio.
Un médico que debe dar respuestas a personas que sufren de una enfermedad está acostumbrado a pensar en términos de diagnóstico, terapia y rehabilitación y cicatrización, razón por la cual no se plantea dudas en lo que se refiere
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Prefacio Un médico que debe dar respuestas a personas que sufren de una enfermedad está acostumbrado a pensar en términos de diagnóstico, terapia y rehabilitación y cicatrización, razón por la cual no se plantea dudas en lo que se refiere al «problema personal y social» del objetivo que está tratando, pero frente a una patología estética o, peor aun, ante un problema antiestético, las cosas cambian enormemente. Antes que nada no existe peligro de vida y los sufrimientos físicos son pequeños con respecto a patologías más graves; además, son pacientes «sustancialmente» sanos, ya que acuden al médico por un motivo «estético», es decir, para mejorar el propio aspecto exterior. Y es justamente en esta fase que, a menudo, el operador comete el primer error, es decir, el de subestimar la posibilidad de que detrás de esta petición exista una verdadera alteración patológica, quizás en fase inicial, con síntomas clínicos que pueden llevar a un diagnóstico. El sueño de cualquier médico o cirujano estético es el ver sonreír al propio paciente y, a diferencia de otras especialidades y de la misma cirugía plástica y reconstructiva, la cicatrización de un sufrimiento está acompañada por la satisfacción de haber ganado la batalla contra una enfermedad; en estética y en el sector de la belleza casi siempre la petición del paciente se concentra en la resolución de un problema relacionado con el aspecto exterior, algo que un paciente considera un defecto propio. Sería denigrante y nada respetuoso para con la libertad y la dignidad de cada uno pensar que «estas son tonterías», debido a que, muy a menudo, sentirse hermoso es tan importante como sentirse bien. Y esta es una gran verdad en una sociedad libre y moderna, donde el aspecto exterior permite la mejor realización individual para tener más seguridad, para dar a los demás lo mejor de sí y, por qué no, para tener mayores posibilidades en la vida. Mi gran amigo y maestro brasileño, el Profesor Ivo Pitanguy, padre de la cirugía plástica y estética en el mundo, siempre afirma en sus magistrales enseñanzas: Cuando tratan una enfermedad deben tener como objetivo la resolución del sufrimiento físico, mejorando la funcionalidad de los órganos; cuando tratan un aspecto antiestético siempre deben tener como objetivo la sonrisa de su paciente y su dignidad, pero siempre es necesario diferenciar bien entre algo antiestético y algo patológico. Entonces, antes que nada una pregunta: ¿Cuál es el concepto de enfermedad? ¿Es enfermedad lo que para el médico significa enfermedad o aquello que para el paciente significa patología, o entran dentro de lo que es enfermedad también las modificaciones iniciales de los fenómenos vitales básicos de nuestro organismo o todo aquello que cambia la vida de relación del paciente? No es el objetivo de este libro dar estas respuestas, sino llevar a reflexiones, porque es deber de cada médico cuidar al propio paciente dando como respuesta inicial la enseñanza más importante proveniente de la Escuela Médica Salernitana: Primum non nocere, secundum sedare dolorem (Primero, no causar daño alguno, segundo calmar el dolor) La prevención no es una labor reservada al terapeuta ya que cada persona tiene el derecho y el deber de proteger su propia salud, pero el primer deber de un médico es, ciertamente, el de ayudarlo a lograr este objetivo, disminuyendo de esta forma el momento de su intervención sobre la proclamada enfermedad. Con esto no deseo defender a los antiguos chinos que pagaban a su médico mientras el paciente estaba sano, ya que cuando éste se enfermaba se creía que el médico había fracasado, pero el concepto básico de esta filosofía de conducta contenía grandes verdades, entre las que se cuenta el total respeto por la persona que confía a su médico su persona y su salud, máxima expresión de confianza así como la toma de conciencia de que cada una de las patologías, especialmente las crónicas, metabólicas y degenerativas, siempre comienzan con pequeñas alteraciones, cuyo diagnóstico precoz representa la primera etapa de la medicina preventiva. preliminares.indd 9 24/10/12 09:08 CELULITIS 10 Todo terapeuta debe esforzarse en detectar incluso las más pequeñas modificaciones del organismo y esto es posible aprovechando algunas señales ofrecidas aun por los denominados aspectos antiestéticos: es suficiente con pensar en las modificaciones del color y la hidratación de la piel, la presencia o no de parestesias, pesadez o dolor tisular ligero o vago, espontáneo o provocado. Es suficiente con referirnos al estado postural o dinámica de la marcha, al tipo, o dinámica de la marcha, al tipo, color y zona de las telangiectasias, a las alteraciones de la silueta abdominal y bitrocantérica, a las diferentes expresiones de los signos de envejecimiento del rostro hasta la denominada piel de naranja que representa, por último, el instrumento que el organismo utiliza para decir: «Doctor, ayúdeme», porque algo empieza a no funcionar. Durante la redacción de este libro he tenido el honor de tener que preparar un informe para el Subsecretario de la Salud, la Honorable Dra. Francesca Martini, para la necesaria revisión de metodologías y protocolos de tratamiento utilizados en medicina estética, especialmente para tratamientos con el fin de reducir el tejido adiposo y la denominada celulitis. Con extrema seriedad aproveché el que podía ser un importante momento de revisión y de reflexión de todo el sector, pero no podía descuidar la pregunta más importante: Una vez confirmado que cualquier metodología utilizada puede presentar riesgos y complicaciones, ¿sería justo utilizar estas metodologías con fines estéticos y no para curar enfermedades? A partir de esta pregunta surge otra: Si estas metodologías son utilizadas con finalidades estéticas y no para curar enfermedades, ¿esto justifica que las mismas puedan ser prohibidas o permitidas para ser utilizadas solo por una categoría particular de profesionales? Todas estas reflexiones son importantes y plantean muchos problemas a los que investigadores, estudiosos y políticos deberán dar una respuesta, pero, por lo menos para mí, todo cambia cuando se entra en el mundo de la denominada celulitis, porque allí estaríamos verdaderamente delante de un problema antiestético que muy a menudo es expresión de alteraciones patológicas, seguramente en una etapa inicial. La cuidadosa observación y la aplicación precisa de la semiología permiten llegar a una discreta clasificación del tipo de celulitis que debemos tratar. Por lo tanto, si estamos en capacidad de realizar diagnósticos bastante precoces de una alteración metabólica inicial, ¿por qué no hacerlo? En efecto, si las enfermedades degenerativas se inician a este nivel, creemos que esta es la verdadera tarea del llamado «médico estético», o mejor de cualquier médico que utilice la semiología médica con la intención de dirigir sus tratamientos para lograr la recuperación estética, y no se limite solo a eliminar la manifestación clínica. Pero todo esto requiere ética, seriedad y una adecuada preparación profesional. Por lo tanto, es necesario plantear otra pregunta: ¿La denominada celulitis es expresión fisiológica o es una patología estética? No quiero darme una respuesta, sino deseo plantear una opinión. Si la denominada celulitis es una expresión fisiológica, entonces su tratamiento no es de pertinencia médica, sino del esteticista. Por otra parte, si es una expresión de patología, a pesar de ser incipiente, entonces en principio, su tratamiento debe ser de pertinencia médica, un verdadero acto médico que debe seguir un diagnóstico preciso, una clasificación y un procedimiento terapéutico científicamente válidos. En el tratamiento de ese gran caldero que es la denominada celulitis, giran médicos, cirujanos, fisioterapeutas, osteópatas, naturópatas, nutricionistas, pranoterapeutas y así sucesivamente. Cuando son serios, todos tienen algo de razón, pero no siempre es así y entonces es cuando debemos ponernos del lado del paciente. Es muy conocido que muchas mujeres que se han sometido a la liposucción para la celulitis están descontentas, antes que nada por la indicación errada y después, por lo difícil que significa cumplir con toda la parte médica, fisioterapéutica, dietética y cosmética consecuente y siempre necesaria, así como también están desmoralizadas aquellas que han sido tratadas con masajes, mesoterapia o carboxiterapia para eliminar las adiposidades localizadas y los coulottes de cheval (o revolveras), cuando estos casos son de indicación quirúrgica de entrada y son diferentes a la celulitis. La celulitis es un molesto asunto antiestético, es más, es la falta de estética peor tolerada en el mundo. Muy a menudo, este aspecto antiestético se vuelve un síntoma que requiere de un diagnóstico y un tratamiento médico, dermocosmético o fisioterapéutico. Es aquí cuando este aspecto antiestético puede esconder el inicio de una patología, es más, una patología estética. preliminares.indd 10 24/10/12 09:08 CELULITIS 11 Trátese de un problema antiestético o de una patología, la piel de naranja representa siempre un proceso evolutivo patológico que es expresión de alteraciones flogísticas-degenerativas evolutivas del tejido conjuntivo, del sistema microcirculatorio, del tejido adiposo y de la estructura dermohipodérmica. Por estos motivos, el médico siempre debe prestar atención a la piel de naranja realizando un diagnóstico y una clasificación precisa, dejando a esteticistas y operadores no médicos el tratamiento de los casos no patológicos, pero interviniendo con seriedad y con metodologías destinadas y experimentadas donde la falta de estética se ha convertido en patología. Estimo que en la perfecta integración entre médico, cirujano, fisioterapeuta y esteticista es posible encontrar el mejor tratamiento de esta molesta patología estética. Por lo tanto, es necesario esforzarse por aumentar el conocimiento del problema y de su fisiopatología, ya que en la actualidad la denominada celulitis, o más exactamente el «fibroedema evolutivo femenino», representa un problema social tomado en cuenta como una enfermedad evolutiva que altera la calidad de vida y que podría llevar también a futuras enfermedades degenerativas, como artropatía, paniculopatía dolorosa, lipodistrofia dolorosa, insuficiencia venolinfática, úlceras y distrofia tisular maleolar. Está claro que es necesario ajustar las tuercas para que los «médicos estéticos» sean aun más médicos; la estética, posteriormente, acudirá por sí sola y el tratamiento «estético» jamás deberá ser una «disminución» sino una «sublimación» de toda intervención médica. Como homenaje a esta enseñanza siempre me he impuesto una pausa cada cinco años para un momento de investigación, estudio, revisión y reflexión para revisar y poner bajo discusión todos mis conocimientos y mi propia actividad profesional, una actividad caracterizada por una larga práctica cotidiana pero con el amenazador peligro de sentirme «realizado», especialmente en el tratamiento de las patologías estéticas. Cada vez que un médico establece un informe consigo mismo, la mente se obsesiona con la muy antigua duda: ¿Habré respetado continuamente el juramento de Hipócrates? ¿Cuántas de las terapias utilizadas en medicina son dignas de constituir una intervención médica? En medicina, como en la vida, no hay dogmas o verdades eternas, todo evoluciona y se actualiza, por lo que el secreto del médico serio, apartando voluntariamente su parte de buen profesional, es el de estar al paso o anticipar los tiempos. En el presente volumen, que representa la actualización de mi libro del año 2000, La celulitis, he tratado de transferir mis dudas y mis certezas, ciertamente atesorando los muchos momentos de intercambio científico en todo el mundo, especialmente con los colegas que considero coautores y a los cuales les estoy agradecido. Han pasado los años, han cambiado los conocimientos, hemos cambiado nosotros, pero hoy en día sabemos que un estilo de vida y una alimentación apropiados pueden constituir la verdadera prevención de todos los procesos de envejecimiento. Todas las patologías que atentan contra la fisiología y la estética del organismo humano deben ser tratadas con seriedad para mejorarlas o para vencerlas, ya que la conquista de la belleza, así como de la salud, es un derecho del paciente y un deber del médico. De ser una realidad, el paciente tiene el deber de hacer de todo para mantenerse sano y el médico debe ayudarlo también en la fase de prevención, es decir, antes de que su «cliente» se vuelva su «paciente». El objetivo de este texto es el de llevar a médicos y terapeutas a tomar en cuenta a la denominada celulitis como un aspecto antiestético que puede esconder una patología, el cual, antes o después, siempre se transforma en una poliédrica patología degenerativa evolutiva. Aquella que tiene celulitis es una persona que sufre y que vive este aspecto antiestético como una verdadera enfermedad, para combatirla no se necesitan muchas armas, basta con algunas terapias que han sido mostradas como válidas en las experiencias científicas y en la práctica médica. Si sabemos hacer entender a nuestras pacientes que el cuerpo no puede ser cambiado, sino solo mejorado y, en forma módica, modelado, le habremos hecho entender que la belleza es un regalo natural que necesita de una continua conquista cotidiana que se inicia desde pequeños y que no acaba nunca: de la misma forma como Platón coloca a la salud en primer lugar en la Escala de la Vida, seguida de la belleza y la fortuna. Por último, debo rendir un homenaje a mi maestro Ivo Pitanguy por su profunda e irrepetible amistad, así como por las enseñanzas de aquella filosofía que debe guiar la mente en todo momento de la vida y la profesión. Además debo agradecerle con un profundo reconocimiento al profesor Carlo Alberto Bartoletti que hace mucho años me introdujo en el mundo de la medicina estética, al profesor Carlo D’Aniello por las enseñanzas de cirugía plástica y universitarias, sin olvidar al profesor Sergio Mancini con quien, durante más de veinte años, he compartido la investigación y la cirugía en la Universidad de Siena. Para concluir, la moral de la vida es: nunca digas jamás. |
ISBN | 9789588760391 |
Autor | Bacci Pier Antonio |
Año | 2013 |
Edición | 1 |
Páginas | 270 |
Editorial | Amolca |
Alto (cm) | 28 |
Ancho (cm) | 22 |
Peso (gramos) | 1500 |
Indice Capítulo 1.- Enfoque: historia y definición Historia – Piernas - Celulitis Definición A) ¿qué es la celulitis en la patología médica? B) ¿qué es la celulitis en medicina estética? C) por lo tanto, ¿cómo puede ser redefinida la antiestética celulitis? D) ¿por qué la celulitis debe preocupar? Capítulo 2.- El mundo del edema Introducción Edemas localizados Sistemas microcirculatorios Árbol linfático El pie en flebología Desde el lipoedema hasta el lipolinfoedema Linfa Variaciones de la linfa Reflexiones sobre el agua Capítulo 3.- Tejido adiposo Adipocito Hipodermis y metabolismo Lipodistrofia El sistema linfoadiposo Capítulo 4.- Matriz intersticial Definición Luz y materia Sol y gel Matriz y tejido adiposo Pigmentaciones y estado metabólico Matriz extracelular Capítulo 5.- Fisiopatología del fibroedema evolutivo femenino Fisiopatología Formación del fibroedema celulítico ¿Cómo nace del fibroedema evolutivo femenino? ¿Cuando empieza a manifestarse la celulitis? Factores que predisponen a la celulitis Factores que desencadenan la celulitis Clasificación Código BIMED - TCD Código - TCD Factor T Cámara fotográfica «antera» Factor C Factor D Prueba de compresión ultrasónica de Breu-Marshall CódigoTCD Estado metabólico tisular Capítulo 6.- Antes de la terapia Diagnóstico Anamnesis Examen clínico Inspección y palpación Evaluación postural Evaluación flebolinfológica Ecografía del tejido adiposo Pruebas de laboratorio Prueba de rom Prueba de los materiales pesados STS Estudios instrumentales primarios Doppler Ecocolordoppler Fotopletismografía de luz reflejada Ecografía Examen dinámico del pie Termografía Fotografía Construcción del diagnóstico Distribución Consistencia Evolución Estrategia terapéutica Historia clínica Etapas de la celulitis Índice de grasa corporal Código BIMED - TCD adecuado Documentación Primera consulta Fototipo Consentimiento informado Indicaciones postoperatorias Indicaciones postoperatorias para lipoescultura La supervisión del paciente operado Capítulo 7.- Terapia dietética Terapia depurativa Hidrocolonoterapia Terapia farmacológica Nutrición Alimentación responsable Sueño Estudios hematoquímicos Capítulo 8.- Fisioterapia estética Actividad física Estilo de vida Fisioterapia estética Masaje Linfodrenaje manual Metodología endermologie® Microvibración compresiva endosphères Radiofrecuencia Ondas de choque Deambulación simulada Cellulonature Presoterapia Metodología Capítulo 9.- Terapias médicas Mesoterapia Carboxiterapia Laserterapia Laserlipólisi Laserlipowash y subincision Biotermolipólisis Lipoplastia Vascularización del tejido graso Grasa aerolar Grasa profunda Selección de los pacientes Consulta prequirúrgica Prescripciones Programa postquirúrgico Lipofilling Lifting Capítulo 10.- Riesgos y complicaciones Mesoterapia (también denominada intradermoterapia, microterapia, etc) Infiltraciones lipoclásicas (también denominadas lipocitólisis, lipodissolve, etc.) Carboxiterapia Oxígeno-ozonoterapia Laserlipólisis Liposucción y laserlipoescultura Radiofrecuencia Ultrasonidos Metodologías de fisioterapia mecánica (como endermologie, microvibración compresivas endosphères, aspiración microalveolar, etc.) Masajes y técnicas cosméticas estéticas Flebología y cirugía Capítulo 11.- Terapia fotodinámica Vartam-terapia Terapia Bio-fotodinámica con MTHPC Irradiación electromagnética luminosa Metodología de tratamiento Nuestras experiencias Riesgos y complicaciones Capítulo 12.- Casos clínicos Capítulo 13.- Conclusiones y bibliografía |